Lucha contra la desinformación

Los países de la UE siguen siendo los mejores socios y están intensificando su solidaridad.

Para ayudar a todos los Estados miembros de la UE, se han previsto grandes cantidades de asistencia financiera, médica y de personal. Destaca la movilización del presupuesto de la UE mediante la creación de una iniciativa de inversión en respuesta al coronavirus que pondrá a disposición de los Estados miembros 37.000 millones de euros de ayuda específica para hacer frente a esta crisis. Además, se reasignarán 1.000 millones de euros del presupuesto de la UE al Fondo Europeo de Inversiones, a modo de garantía para favorecer que los bancos concedan liquidez a al menos 100.000 pymes y empresas de capitalización media europeas.

La UE trabaja las 24 horas del día para incrementar los suministros médicos. La operación de protección civil «RescEU» creará una reserva de equipos médicos y gestionará su distribución para garantizar que lleguen adonde sean más necesarios. También estamos trabajando sin descanso para acelerar la producción de nuevos equipos médicos. La UE destinará a esta reserva un presupuesto inicial de 80 millones de euros. Cuando China pidió ayuda a la UE, supimos estar a la altura: ahora es China quien nos devuelve el favor. La solidaridad internacional es un logro positivo. Pero no debemos olvidar la solidaridad dentro de la UE, encarnada en los hospitales alemanes en los que ingresan pacientes de Italia, en las mascarillas que reciben los médicos de ese país desde Francia y Austria, y otros muchos ejemplos más. La solidaridad de la UE salva vidas.

La UE y los Estados miembros se ocupan de cometidos distintos, actuando de forma coordinada. La potestad de aprobar leyes a nivel nacional para combatir el coronavirus reside exclusivamente en los Estados miembros, por lo que la Comisión no tiene competencias para interferir en la legislación y las decisiones de cada país en temas como la salud. Sin embargo, la UE puede elaborar políticas europeas y adoptar iniciativas paneuropeas rápidas y coordinadas para hacer frente a la crisis junto con los Estados miembros. Esto explica, por ejemplo, que la decisión de imponer un confinamiento y cerrar las fronteras del país se tome a nivel nacional, mientras que la movilización de 140 millones de euros de fondos europeos para desarrollar una vacuna, nuevos tratamientos y pruebas de diagnóstico se haga a nivel de la UE.

La UE está acelerando la adquisición y distribución de equipos médicos para los Estados miembros. En respuesta a la necesidad de equipos médicos como mascarillas, guantes y batas de protección, la Comisión ha puesto en marcha varios procedimientos conjuntos de adquisición. Los productores ya han presentado ofertas de dispositivos de protección ocular y respiratoria que igualan o superan las cantidades solicitadas. La entrega de parte de estos equipos se podrá hacer a las dos semanas de la firma de los contratos por los Estados miembros.

La crisis del coronavirus no anuncia el colapso del espacio Schengen. Al contrario, estamos viendo cómo el espacio Schengen es indispensable para la economía y el modo de vida de Europa. En la actual situación excepcional, muchos Estados miembros de la UE han introducido controles fronterizos temporales para frenar la propagación del coronavirus, pero la Comisión garantiza que las cadenas de suministro a escala de la UE sigan funcionando y el flujo de mercancías y servicios clave se mantenga sin interrupción. La creación de «carriles verdes» hará posible que todos los vehículos de transporte de mercancías crucen las fronteras interiores del espacio Schengen en 15 minutos. Más información aquí.

Los migrantes no han traído a Europa la enfermedad por coronavirus (COVID-19). El coronavirus se propaga a través de las gotas minúsculas que generan las personas infectadas cuando estornudan, tosen o respiran y no lo transporta ninguna población o grupo en particular. Garantizamos que quienes afirman que el virus está siendo propagado deliberadamente por los migrantes, o por determinados grupos étnicos, lo hacen sin base científica alguna. De hecho, la enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una crisis internacional que requiere una solidaridad mundial.

En caso de que se produzca, cualquier recopilación de datos móviles se hará siempre desde el pleno respeto de los derechos de privacidad y protección de datos de la ciudadanía. La Comisión ha pedido a las empresas de telecomunicaciones que faciliten metadatos móviles agregados y anónimos que ayudarán a analizar los patrones de propagación del virus. Eso no significa que se haya retirado la protección a los usuarios, ya que sus datos no permitirán ningún rastreo o seguimiento individual. Los resultados se pondrán a disposición de los Estados miembros. Este proyecto respetará íntegramente el Reglamento General de Protección de Datos de la UE y la legislación sobre privacidad y comunicaciones electrónicas, de modo que nunca se identificarán los conjuntos de datos individuales de los ciudadanos.